La mayoría de gente trata de etiquetar los días en función del tiempo. Si hace sol, es un buen día, si llueve hace mal día… No le encuentro el sentido a etiquetar el día, o incluso de condicionarnos por ello. Solo por la climatología del día en cuestión. Obviamente que es más apetecible salir a la calle un día soleado, bien sea a correr, dar un paseo, tomar algo… esta claro, pero de ahí, a que estemos a disgusto o preocupados por la climatología, lo encuentro exagerado. Reconozco que me gustan más los días soleados, como a la gran mayoría. Pero también reconozco ser gran admirador de los días de lluvia. Me encanta trabajar pudiendo observar de reojo como las gotas de la lluvia golpean y se deslizan por mi ventana. Me encanta la sensación de sentirme refugiado. Pero también me encanta el frescor que deja en el ambiente… Por no decir lo reconfortante que me parece aprovechar ese día para leer o porque no, ver una película. No, porque llueva o este nublado, no es un mal día… puedo llegar a entender, que en algunos casos, la sociedad se expresa de dicha forma porque es como estamos acostumbrados a referirnos a la climatología. Pero este post va sobre catalogar el día en función de la climatología.
Fecha: 22/04/2019